Cualquier nueva energía requiere para su implantación la existencia de infraestructuras que hagan posible su distribución y almacenamiento de forma eficiente y segura. Este suele ser un elemento crítico por las inversiones y tiempos que se requiren.
El desarrollo de los gases renovables tiene como gran ventaja la posibilidad de utilizar la actual infraestructura del gas. Las empresas españolas del sector apuestan firmemente por impulsar su uso y aprovechar la red de distribución ya existente mediante la inyección de hidrógeno o biometano para llegar a los consumidores.
Un paso directo y rápido hacia la descarbonización de la energía que necesita tanto apoyo regulatorio como contemplar los gases renovables como motor de empleo verde e innovación. |