La promoción de proyectos de generación y uso de gases renovables y gases bajos en carbono e hidrógeno es una condición necesaria de la ecuación que permitirá alcanzar la descarbonización del sector energético, y cumplir con los compromisos climáticos adquiridos por España para el 2050, en línea con los objetivos europeos.
La oportunidad que presentan los PERTE y todos los programas de ayudas anunciados recientemente para financiar proyectos relacionados con la investigación, la innovación, la producción y la utilización de los gases renovables no se pueden desaprovechar.
En lo que se refiere al biogás - biometano, tal y como ha evidenciado Sedigas, los datos son concluyentes: España cuenta con un elevado potencial. Nuestro país puede llegar mucho más lejos y la experiencia de nuestros vecinos europeos refuerzan esa visión. Pero debemos apostar por lograr unos objetivos más ambiciosos que los que se plantean en el borrador de la Hoja de Ruta del Biogás, todavía pendiente de aprobación y publicación, que no establezca límites máximos y permita acercarnos, al menos, al potencial razonable señalado por el propio IDAE del 10% de la demanda nacional (34 TWh) o al objetivo que defiende Eurogas (Asociación gasista europea) del 11% de la demanda de gas en Europa.
Este gas representa una gran oportunidad cuyos beneficios ambientales y económicos no podemos despreciar. Aprovecharlo nos podría situar como uno de los líderes europeos en el impulso de nuevas energías sostenibles, pero para ello es necesario generar mecanismos de fomento y apoyo que nos permitan aprovechar toda esa potencialidad. De forma muy particular, los certificados de garantía de origen renovable.
En cuanto al hidrógeno, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, las líneas de actuación están definidas y un buen ejemplo son los PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno renovable y almacenamiento (ERHA), recientemente aprobados, con programas de incentivos a la cadena de valor innovadora y de conocimiento del hidrógeno renovable o para proyectos pioneros y singulares de este vector; también para el I+D vinculado al almacenamiento energético.
Las empresas energéticas y de componentes españolas, en el despliegue de sus planes estratégicos, están desarrollando, bien en solitario, bien a través de consorcios y/o alianzas internacionales, numerosos proyectos que transformarán, sin duda, el escenario energético y gasista del futuro. Una muestra más del decidido compromiso del sector por la descarbonización y la sostenibilidad.
Es el momento de construir entre todos una transición energética justa maximizando las oportunidades económicas, industriales, laborales, y de innovación, que generen riqueza, empleo de calidad y competitividad a largo plazo. Aprovechemos la oportunidad que nos ofrecen los gases renovables y los gases bajos en carbono.
Está en nuestras manos.
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