Gas Renovable

22/12/2022

2022, los gases renovables en el foco de atención


El final de año es un buen momento para echar la mirada atrás, analizar los enormes desafíos que se han tenido que afrontar a lo largo del camino recorrido y elevar la vista hacía las metas que nos depara el nuevo año. La invasión rusa de Ucrania ha provocado un verdadero seísmo en el ámbito energético global y ha convulsionado el mercado gasista europeo. La compleja situación que estamos viviendo nos ha permitido identificar también ciertas deficiencias del sistema energético de la Unión Europea y ha servido de revulsivo para acelerar la toma de decisiones destinadas a la construcción de un espacio de la energía integrado e interconectado, cada vez más autosuficiente, y que responda al reto de la descarbonización de la economía y la reducción de emisiones.

España, en esta ocasión, ha destacado positivamente al demostrar que cuenta con una determinante infraestructura gasista y una buena diversificación de sus aprovisionamientos de gas, tanto por el origen, como por los diferentes formatos en que se importa. Así, nuestra dependencia del gas ruso es reducida y la capacidad de recepción, almacenamiento y regasificación que tenemos es muy superior a la de otros países del entorno, lo que convierte a nuestro país en un potencial hub estratégico para Europa.

Y si la infraestructura es potente, no lo es menos nuestro posicionamiento como potenciales líderes en la producción de gases renovables, un ámbito en el que, desde Europa, no se han escatimado esfuerzos a la hora de poner en marcha mecanismos, iniciativas e inversiones necesarias para su desarrollo. El potencial español para la producción de biometano ha sido reconocido por la Unión Europea. Si bien nuestro país se encuentra aún en una etapa inicial de su desarrollo, podría convertirse en la tercera potencia de Europa por detrás de Francia y Alemania, según estimaciones de la Comisión Europea. Y no es de extrañar, teniendo en cuenta la relevancia de nuestro sector agrícola y ganadero. Sobre este potencial, en breve compartiremos desde Sedigas un estudio que actualiza y desglosa para cada Comunidad Autónoma su capacidad productora y los aspectos críticos para acelerar su definitivo despliegue.

En cuanto al hidrógeno verde, vector energético de futuro, una de las últimas noticias del año nos llegaba recientemente desde Alicante donde la IX Cumbre Euromediterránea EU-MED9 dio el pistoletazo de salida al H2Med, que unirá Barcelona con Marsella y por el que se transportará el 10% del hidrógeno que necesitará la Unión Europea en 2030. Esta nueva infraestructura vendrá a reforzar el posicionamiento de España como un verdadero hub del gas renovable a nivel europeo. Tenemos que recordar que el plan europeo REPowerEU marca objetivos tan ambiciosos para el hidrógeno verde como aumentar su producción e importación hasta los 20 millones de toneladas en 2030. Y para ello, Bruselas ha propuesto destinar 27.000 millones de euros al despliegue de infraestructuras de hidrógeno (además de otros 10.000 millones de euros para reforzar las infraestructuras gasistas por las que circularán los gases de origen renovable).

La crisis energética ha actuado como un catalizador que ha ayudado a acelerar el proceso de transición hacia un modelo de emisiones netas cero. En este sentido, la cumbre del clima celebrada este año en Egipto (COP27), y en la que también participó Sedigas, ha servido para espolear conciencias y para dar un espaldarazo al rol que los gases renovables van a tener que jugar en ese proceso de descarbonización en que nos encontramos inmersos y que debemos acelerar si no queremos llegar tarde a la consecución de los objetivos climáticos comprometidos.

A modo de deseo para el nuevo año, aspiramos a conseguir un mayor grado de ambición por parte de las administraciones públicas en sus objetivos de producción o consumo (y de carácter vinculante): decisión a la hora de tomar medidas y definir incentivos, y una visión estratégica clara que permita impulsar de manera decidida el despliegue de los gases renovables.

No sería justo no reconocer y celebrar algunas de las medidas ya adoptadas en España este año, como por ejemplo la a Hoja de Ruta del Biogás y el Sistema de Garantías de Origen (GdO) a pesar de que el objetivo mínimo de biometano establecido  es poco ambicioso y habrá que esperar todavía hasta principios del próximo año a la implementación definitiva de las GdO..

De cara al próximo año, uno de los hitos clave será la revisión de los compromisos y los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030, al que deberemos estar atentos y en el que se espera que se revise al alza la aportación que deberán suponer los gases de origen renovable al mix energético.

Desde Sedigas, en 2023 seguiremos trabajando para posicionar a España como un hub gasista y como uno de los principales productores de esos gases renovables o bajos en carbono que se configuran como una energía de transformación, alineada con los objetivos de reducción de emisiones de la Unión Europea, y que podrán tener además un papel fundamental en la búsqueda de la ansiada (e imperativa) soberanía energética.