Gas Renovable

27/03/2023

Marzo 2023. Un PNIEC ambicioso para el biometano español


La actualización del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) es inminente y es ahora más necesario que nunca insistir en la necesidad de elevar los objetivos relativos a las energías renovables. Debemos alinearnos a las exigencias de la UE para lograr las metas de descarbonización fijadas e incorporar también los mecanismos que garanticen el cumplimiento de estas.

En esta línea, son cada vez más numerosas las voces que ponen el foco sobre un vector renovable en concreto: el biometano. Entre ellas la de Sedigas, señalando que España debe elevar de forma considerable y ambiciosa los objetivos para esta energía para descarbonizar su matriz energética. Y debe hacerse por dos motivos esenciales.

El primero, porque el potencial existe. Con los residuos –recursos susceptibles de ser transformados en energía- que genera nuestro país, podríamos abastecer casi la mitad de toda la demanda nacional de gas natural, con las correspondientes ventajas medioambientales, socioeconómicas y de autonomía estratégica que eso conllevaría.

El segundo, porque se trata una tecnología madura y probada, que no requiere de inversión en grandes y nuevas infraestructuras al aprovechar las redes existentes, ni de adecuaciones de los equipamientos de los consumidores finales, al tratarse de una solución sustitutiva perfecta del gas natural convencional.

La propia comisaria de Energía de la Unión Europea, Kadri Simson, explicaba hace unas semanas la ambición comunitaria de dar un impulso más “audaz” a las renovables, haciendo una mención especial al biometano y anticipando, de paso, que Europa “ganará la guerra energética cuando haya cumplido finalmente”, en referencia al despliegue de las energías renovables. La comisaria hacía, de esta forma, un llamamiento más que explícito a los Estados miembros para explotar todo el potencial del biometano.

En el plano nacional, la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, ha querido dejar claro en intervenciones recientes que la actualización del PNIEC va a ser “esencial” y ha de realizarse en consonancia con el aumento de esa ambición europea, especialmente de cara a la presidencia española de la Unión, que comienza el próximo julio. En este sentido, Aagesen ha adelantado la toma de contacto con las principales asociaciones del sector de cara a esa revisión del PNIEC, mostrando la predisposición del Ejecutivo a escuchar la visión que éstas tienen del plan como oportunidad de país.

Como no podría ser de otro modo, en Sedigas acogemos con satisfacción cualquier iniciativa del Gobierno encaminada al establecimiento de un objetivo más ambicioso en materia de gases de origen renovable en general y de biometano en particular, poniéndonos a disposición del Ejecutivo para mantener todos los encuentros que resulten necesarios para compartir e intercambiar información para alinear objetivos a nuestro potencial.

Siguiendo la línea marcada por la propia Comisión Europea en su propuesta REPowerEU, donde amplía hasta los 35.000 millones de metros cúbicos el objetivo de producción de este gas renovable, lo que equivale a cerca del 10% del consumo de gas natural a nivel comunitario para 2030, la opinión de Sedigas es que ese porcentaje debería servir como base o suelo sobre el que construir objetivos realmente ambiciosos de producción de biometano español. Un objetivo, por otra parte, conservador, dado que algunos países de nuestro entorno como Alemania, Francia o Italia apuestan ya por estrategias mucho más ambiciosas para impulsar este vector renovable.

Pero conservador también porque sabemos que España atesora un enorme potencial de producción de este recurso que, además de sostenible, es autóctono. Como pone de manifiesto el ‘Estudio de la capacidad de producción de biometano en España’ elaborado por Sedigas en colaboración con PwC y Biovic, ese potencial se traduce en una capacidad de generación estimada de 163 TWh, equivalentes al 45% de la demanda anual de gas natural.

Tenemos, por tanto, la oportunidad de convertirnos en futuro hub gasista europeo gracias a los gases renovables, tanto biometano como hidrógeno renovable, pero alcanzar esa meta requiere de un marco regulatorio cierto, estable y sí, también, ambicioso, que atraiga y movilice las inversiones necesarias de la iniciativa privada -que, por cierto, sigue dando muestras de su firme apuesta por el biometano, como vimos recientemente en un evento que organizamos junto a Prensa Ibérica-.

Quedan aún semanas de trabajo para conseguir fijar unos objetivos ambiciosos y realistas para el biometano español. No debemos dejar escapar esta oportunidad, porque la descarbonización y el necesario fortalecimiento de nuestra autonomía energética no pueden esperar.