McKinsey ha publicado su Global Energy Perspective 2022, en el que destaca cinco conclusiones:
1- Si bien los gobiernos y las empresas están cada vez más comprometidos con los objetivos de descarbonización, los mercados de energía enfrentan una volatilidad extrema impulsada por las tensiones geopolíticas y un repunte en la demanda de energía.
2- En el futuro, se proyecta que la combinación de energía se desplace hacia la electricidad. Para 2050, la electricidad, el hidrógeno y los combustibles sintéticos podrían representar el 50 % del mix energético.
3-El pico proyectado de demanda para los combustibles fósiles sigue avanzando. Se prevé que la demanda de petróleo alcance su punto máximo en los próximos cinco años.
4- Incluso si todos los países con compromisos de cero emisiones netas cumplieran sus aspiraciones, se prevé que el calentamiento global alcance los 1,7 °C para 2100.
5- Se prevé que las inversiones totales en los sectores energéticos crezcan más del 4 % anual y se desvíen cada vez más hacia tecnologías no fósiles y de descarbonización, aunque los rendimientos siguen siendo inciertos.